¿CÓMO SE FORMA LA AUTOESTIMA?
Desde el momento
mismo en que somos concebidos, cuando el vínculo entre nuestros padres se
consuma y las células sexuales masculina y femenina se funden para originarnos,
ya comienza la carga de mensajes que recibimos, primero de manera energética y
luego psicológica.
Debido a que los
pensamientos y emociones son manifestaciones de energía y en el organismo se
presentan en forma de reacciones eléctricas y químicas, cada vez que una mujer
embarazada piensa o siente algo con respecto al niño en formación, su cerebro produce una serie de químicos que se
esparcen por todo su cuerpo y que la
criatura recibe y graba en su naciente
sistema nervioso, sin tener la suficiente consciencia como para comprender o rechazar lo que recibe
a través de un lenguaje químico intraorgánico.
El hecho de que
alguno de los progenitores, por ejemplo, asuma como un problema la llegada del
niño, es captado por éste emocionalmente, y su efecto formará parte del archivo
inconsciente del pequeño y tendrá repercusiones más adelante, cuando reaccione
de diferentes formas y no logre comprender las causas generadoras de sus
conflictos. Igualmente, cuando ya se ha producido el alumbramiento, todo
estímulo externo influirá en el recién nacido y le irá creando una impresión
emocional que influirá sus comportamientos futuros. Los padres y otras figuras
de autoridad, serán piezas claves para el desarrollo de la Autoestima del niño,
quien dependiendo de los mensajes recibidos, reflejará como espejo lo que
piensan de él y se asumirá como un ser apto, sano, atractivo, inteligente,
valioso, capaz, digno, respetado, amado y apoyado o, por el contrario, como
alguien enfermo, feo, ignorante, desvalorizado, incapaz, indigno, irrespetado,
odiado y abandonado. La forma como nos tratan define la forma como nos
trataremos, porque esa es la que consideraremos como la más normal.
Con la llegada de
la pubertad y la adolescencia, se da la bienvenida a la sexualidad y a la
necesidad del joven de encontrarse a sí mismo. Se inicia la llamada “brecha
generacional” y el tránsito hacia una mayor definición de la personalidad. Esta
etapa es crucial ya que en ella surgen con fuerza la competencia y el deseo de
ser mejor que los demás. El joven experimenta una gran necesidad de aprobación
por parte de su grupo cercano y aprende a dirigirse hacia quienes lo aplauden y
a huir de quienes lo pitan. Desarrolla, con
tal de ser querido, conductas muy específicas que se generalizarán hacia
la vida adulta.
El ingreso al
mundo laboral complica el asunto de la formación y manifestación de la
Autoestima, ya que en ese contexto se nos mide por lo que hacemos y no por lo
que somos. Si produces, te quedas y si no te vas. Esa es la medida cuando de
dinero se trata.
Finalmente en la
pareja y el matrimonio se expresa mucho de lo aprendido en los años
precedentes: grabaciones, condicionamientos, tradiciones; lo que fue vertido en
el molde durante muchos años y que hemos
llegado a creer que somos. En este tiempo, formamos parte de una sociedad
uniformada en la que muchos han renunciado a expresar su originalidad y tienen
ideas fijas de las cosas, que casi siempre siguen aunque no les funcionen. La
inconsciencia y falta de comprensión de lo que ocurre, induce a culpar, a
resentir, a atacar, a agredir a los demás, a quienes se ve “como malos que no
nos comprenden”.
Visite esta pagina web, para visualizar video sobre la Autoestima 2 https://www.youtube.com/watch?v=S1LEhmhxS0g
No hay comentarios:
Publicar un comentario